
Administrar los bienes
¿Qué bienes me ha encargado Dios administrar? ¿Para quién los administro? ¿Para mí, para Dios, para el necesitado? ¿Y con qué criterios?
¿Qué bienes me ha encargado Dios administrar? ¿Para quién los administro? ¿Para mí, para Dios, para el necesitado? ¿Y con qué criterios?
Sigamos a Jesús, superemos miedos y comodidades, y aún sin saber a dónde nos lleva, no dudemos en seguirle.
A esta fiesta en la que estamos invitados participan las personas excluidas, las que no cuentan, las verdaderas preferidas por Jesús
¿Qué significa salvarme? ¿Salvarme yo sólo? ¿Y los que me han amado? ¿Y a quiénes amo? ¿Se salvarán? Y ¿dónde queda la entrega de Jesús, de su sangre en la Cruz?