En el marco de la presentación en Murcia del libro Revuelta de las mujeres en la iglesia. Alzamos la voz (La Imprenta, 2022), que tuvo lugar el pasado martes 20 de febrero como una de las dos actividades programadas del ciclo Líneas Rojas 2024, un amplio grupo de mujeres de la HOAC y de las Comunidades Cristianas de Base decidieron impulsar el movimiento de Revuelta de mujeres en la Iglesia con el fin de sumarse a esta red.

Para ello contaron con la presencia de las feministas cristianas Pepa Torres, Mercedes López y Antonina Wozna, y coautoras de este libro que se está presentando a lo largo de toda España, con la propuesta de ofrecer un movimiento que reúne a voces feministas cristianas, críticas y transformadoras para alcanzar una iglesia en la que las mujeres jueguen un papel que hasta ahora ha estado eclipsado por el patriarcado clerical.

Las promotoras de esta red en la Región de Murcia invitan a sumarse a todas aquellas mujeres cristianas que quieran un cambio en la Iglesia

Durante el acto, las mujeres de HOAC y de Comunidades Cristianas de Base invitaron a todas aquellas mujeres que quieran sumarse a la red de este movimiento, inscribiéndose una lista de correo electrónico al que pueden sumarse en la siguiente dirección: revueltademujeres.murcia@gmail.com

Las tres coautoras del libro hicieron entrega a representantes de HOAC y de Comunidades de Base del documento Voces de Mujeres de todo el Mundo, del Consejo Mundial de Mujeres Católicas.

Caminar juntas y juntos

La presentación del libro estuvo precedida el pasado 20 de enero con la participación de teóloga laica, profesora de Pedagogía y artista multidisciplinar desde una óptica feminista y cristiana Silvia Martínez Cano, quien habló sobre El reconocimiento de las mujeres en la iglesia. Silvia es, además de coatura del propio libro de la Revuelta de las mujeres en la Iglesia del publicado el pasado año por Ediciones HOAC, Caminar juntas y juntos. Soñar la iglesia, vivir la misión.

Durante el acto del pasado martes, Pepa Torres hizo un repaso histórico de este movimiento, surgido especialmente desde el año 2018, aunque con iniciativas pioneras como las promovidas años antes por el Grup de dones de la HOAC de Cataluña, y la realidad de dónde está presente la Revuelta. Asimismo, el lugar donde están comprometidas la mayoría de mujeres que participan en los diferentes grupos.

A lo largo de toda la presentación del libro se enumeraron los divesos aspectos centrales del Manifiesto de esta red de mujeres cristianas en la iglesia:

Mujeres creyentes

Somos mujeres creyentes. Vivimos con pasión el seguimiento de Jesús de Nazaret en muchos grupos, parroquias, organizaciones, movimientos eclesiales y congregaciones. Estamos comprometidas con la causa de Jesús y luchamos por la renovación de la Iglesia y la transformación social desde la perspectiva de las mujeres.

Alzamos la voz y nos manifestamos porque vivimos una profunda discriminación en la Iglesia y ha llegado el momento de decir “¡Basta ya!”. Ni podemos ni queremos callarnos.  Estamos cansadas de las incoherencias y autoritarismo que percibimos a diario, por eso:

Denunciar las injusticias

Queremos denunciar las múltiples formas de injusticia e  invisibilización  que sufrimos en la Iglesia. La institución, con su estructura y organización, está quedando al margen de las conquistas sociales en igualdad y corresponsabilidad y está cometiendo un error. 

Reivindicamos la necesidad de un cambio imprescindible: el acceso al diaconado y al presbiterado femenino, para atender a las comunidades cristianas. Denunciamos la desproporción entre el número de teólogas preparadas y los puestos que ocupan como docentes en las facultades de Teología y en otros puestos de responsabilidad.

Hacer visible el trabajo

Queremos hacer visible nuestro trabajo incansable y gratuito. Las mujeres somos mayoría aplastante en el voluntariado, en las celebraciones religiosas, en  catequesis, en pastoral, en la acción social con las personas más empobrecidas, en los movimientos eclesiales, en la enseñanza, en la vida religiosa… Somos las manos y el corazón de la Iglesia, pero se nos niega la palabra, tener voz y voto, la toma de decisiones y el liderazgo en los ámbitos oportunos, como se ha puesto de manifiesto, una vez más, en el Sínodo de la Amazonía.

¿Qué sería de la Iglesia y de las iglesias si dejáramos de hacer todos estos trabajos, porque estamos cansadas de la invisibilidad y de la injusticia?

Trabajamos en la Iglesia…

porque es nuestra comunidad de referencia para vivir el Evangelio. Seguiremos trabajando en ella para que podamos recuperar la comunidad de iguales que trajo Jesús. 

Hace años abrimos una brecha en el muro que nos impedía el acceso a los estudios de teología, no pararemos hasta que se reconozca y valore la riqueza de teología feminista, como motor de cambio.   No pararemos hasta que se elimine el lenguaje patriarcal y sexista en las homilías, textos litúrgicos y documentos; hasta que la moral sexual de la Iglesia se preñe de ternura y misericordia y deje de culpabilizar a las mujeres.

Familias diversas

Seguiremos trabajando con empeño para que la Iglesia dialogue con los movimientos de liberación de las mujeres y reconozca la diversidad de familias, identidades y orientación sexual. 

Trabajamos con ahínco para que la Iglesia denuncie el sistema económico neoliberal que impide que las personas tengamos unas condiciones de vida acordes con nuestra dignidad, porque este sistema expolia a la tierra, fomenta la feminización de la pobreza y favorece la explotación laboral y sexual de las mujeres. 

Sujetos de pleno derecho

Trabajamos y trabajaremos para recuperar una Iglesia donde las mujeres seamos reconocidas como sujetos de pleno derecho, con voz y voto en todas partes y valoradas por nuestros talentos y carismas.

No estamos solas

Formamos parte de una red que crece cada día y se entrelaza con mujeres de iglesias de Europa y el del mundo que también han dicho “¡Basta ya!”  y alzan su voz, hasta que la igualdad sea costumbre, como María 2.0 o el Movimiento internacional  Voices of faith. 

En el año 2000 celebramos el Jubileo de las Mujeres, manifestándonos ante la catedral de Madrid. Hoy, 20 años después, damos un paso más: nos hemos organizado para expresar nuestra Revuelta en la Iglesia, para que la Iglesia vuelva a ser una comunidad de iguales Y LA IGUALDAD SE HAGA COSTUMBRE.

De ahí que se hablara también del Consejo de Mujeres Católicas (CWC), una red de grupos católicos romanos que trabajan por el pleno reconocimiento de la dignidad y la igualdad en la Iglesia. La dignidad de todo ser humano es inviolable: está en nuestro interior y nos la ha dado Dios. Durante generaciones, las mujeres han luchado por la igualdad. El Consejo de Mujeres Católicas invita a explorar lo que la dignidad y la igualdad significan para ti como católica, y cómo nuestras habilidades, talentos y experiencia como mujeres deberían utilizarse para beneficiar a la Iglesia en el futuro.

Aquí puedes acceder al vídeo del acto completo: