I DOMINGO DE CUARESMA, 26-2-2023
Génesis 2, 7-9; 3, 1-7; Salmo 50; Romanos 5, 12-19; Mateo 4, 1-11.
Ya estamos en Cuaresma, pasó el carnaval, nos pusimos la ceniza, y escuchamos este las tentaciones de Jesús en el desierto según la versión de Mateo.
Ayuno, oración, limosna, lo que se nos pide hacer en Cuaresma, que corresponde también con lo que Jesús usa para vencer las tentaciones.
Ayuno
El ayuno (Ah+yo+no) me hace tomar conciencia de que yo no soy el más importante, que el mundo no gira a mi alrededor, que no soy imprescindible, que no soy ni debo ser el primero: Ah yo no soy Dios, no soy el primero. La tentación de la serpiente a Eva fue esa: “serás como Dios”, y Eva y Adán pensaron ser como Dios sin Dios, ser como Dios prescindiendo de Dios, sabiendo más que Dios, pues también van a conocer el mal. La tentación del diablo a Jesús va por ese camino: tu necesidad, tu hambre es lo más importante, come, consigue tu alimento. En Honduras aprendí, porque lo primero que me decían al llegar a una casa, al pararme a saludar a una persona: “Primero Dios…” Lo que Dios quiere de mí está antes de lo que yo necesito, de mi alimento; lo que los demás necesitan está antes de lo que yo necesito: el hambre del mundo es más importante de lo que yo coma o deje de comer.
Oración
La oración es comunicación con Dios, Rezamos siempre, de maneras muy diversas, pero casi siempre rezamos diciendo muchas palabras, queriendo que Dios me escuche,… pero ¿qué tiempo de la oración va encaminado para escuchar yo a Dios? Tirarse, provocar un peligro para que Dios muestre que te protege que está contigo, es la tentación del diablo. Esto es poner al yo delante de Dios, y relegar a Dios a un amuleto que me protege, me da suerte y hace que lo que yo me propongo salga bien. La oración, la escucha y meditación de la Palabra, la contemplación para ver en el mundo, en las circunstancias y situaciones de la vida la presencia de Dios, me lleva a la respuesta de Jesús al diablo. No estamos aquí para que Dios nos libre de las imprudencias, tonterías o situaciones en las que nos metemos, sino para hacer su voluntad, discernir qué es lo que Él quiere y hacerlo.
Limosna
Limosna, dar, darse es la tercera acción que se nos invita a hacer en la Cuaresma. Dar y darse es todo lo contrario al tener, al poder, al acaparar, al ser por encima de, al tener más que, … No reduzcamos la limosna a dar dinero, entonces solo podrían vivirla los ricos. Hay muchas cosas que podemos dar y que muchos de aquellos que nos encuentran en el camino de la vida necesitan más que el dinero. Podemos dar una sonrisa. ¿Quién es tan pobre que no puede regalar una sonrisa? Al dar reconocemos que la necesidad del otro es más importante que la mía, al dar reconozco la presencia de Dios en el otro. El dar me libera para que Dios sea lo primero, los demás le sigan y yo, mi yo, quede puesto en su lugar, que no es ni debe ser el primero.