La asociación «Amigos de Ritsona» alerta, tras volver de su último viaje a Grecia, de que «la acción humanitaria se ha criminalizado»

Por REBECA MARTÍNEZ (La Verdad) | La asociación murciana de ayuda humanitaria «Amigos de Ritsona» dio hace unos días la voz de alarma ante la situación que han visto en su último viaje a los campos de refugiados de Grecia, donde estiman que hay unas 60.000 personas «atrapadas», la gran mayoría procedentes de Afganistán.

El cura Joaquín Sánchez, portavoz de esta ONG que se puso en marcha hace seis años tras un viaje al campo de refugiados de Ritsona, alertó de que estos recintos «ahora están amurallados y con concertinas», algunos incluso cercados con muros de hormigón, según aseguró visiblemente angustiado. «Los campos de refugiados se han convertido en prisiones. Hay niños y niñas encerrados como si estuvieran en una cárcel».

Preocupado por la situación

El sacerdote volvió el pasado lunes del último viaje que ha hecho a Grecia –el decimocuarto desde que se creara la asociación Amigos de Ritsona– muy preocupado por la situación que ha visto en esta salida. «Quedan muy pocas ONG trabajando porque la mayoría han sido expulsadas. La acción humanitaria se ha criminalizado y detienen a la gente simplemente por hacer una fotografía a un muro de uno de los campos de refugiados. No quieren que haya testigos de la crueldad que se está viviendo en estos lugares», explicó Sánchez.

Sobre la situación de los refugiados menores no acompañados, Joaquín Sánchez la calificó de «dramática». «Muchos de ellos han sido abandonados y arrojados a las calles de Grecia, a merced de la explotación laboral y sexual», lamentó. «Los refugiados no han hecho nada malo en su vida. Solo quieren la oportunidad de vivir y el margen que tienen entre una muerte segura y otra probable es la esperanza», destacó sobre las personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares.

«Índice de violencia altísimo»

Teresa Fuentes, secretaria de la asociación, quien acompañó a Joaquín Sánchez en su última salida junto a la voluntaria Begoña Iriarte, achacó la situación que han vivido al cambio político en Grecia. «Hemos constatado sobre el terreno el cambio que se ha producido desde que cambió el Gobierno en 2019». Ejecutivo al que acusó del estado actual de los campos de refugiados. «El Gobierno griego está incumpliendo los derechos humanos en cuanto a protección de las personas que son solicitantes de asilo».

Por otro lado, Fuentes contó que «una de las cosas que más nos impactó fue descubrir que hay dos centros de detención para los refugiados que han tramitado la solicitud de asilo. Hacen redadas en las plazas céntricas de Atenas donde se concretan y se los llevan allí. Hay un índice de violencia altísimo y muchos intentos de suicidio. Nos han contado que los viernes les dan dos cruasanes para comer y los domingos dos huevos duros».

Devoluciones en caliente

Las «devoluciones en caliente» de inmigrantes que llegan en patera, la «desaparición» de personas y el «tráfico de órganos» fueron otras de las preocupaciones que mostraron desde la Asociación Amigos de Ristona. «Hay muchos frentes abiertos», dijo la voluntaria Begoña Iriarte, quien se refirió a una «invisibilización de lo que sucede realmente».

Para Iriarte, lo que está pasando en los campos de refugiados griegos es responsabilidad de toda la Unión Europea. «No existe ninguna posibilidad de integración ni de inserción social. Hay muchas trabas administrativas, incluso para quien ya tiene desde años el estatus de asilado. No tienen posibilidad de ejercer sus derechos», concluyó.


Texto de la noticia publicada en el diario La Verdad el jueves 1 de septiembre 2022