La Delegación de Pastoral Obrera nos invita a una Eucaristía en memoria de las víctimas de accidentes de trabajo el próximo 3 de mayo en Llano de Brujas (Murcia)

Por DELEGACIÓN DE PASTORAL OBRERA / Como cada año, el 28 de abril, la Delegación Diocesana de Pastoral Obrera recordamos a las víctimas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. Desgraciadamente sigue siendo necesario recordar que el trabajo debe ser fuente de vida y realización humana, nunca de enfermedades y siniestros que lleven a la muerte. Los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales siguen creciendo.

En el año 2018 se han producido en nuestra Región de Murcia un total de 18.835 accidentes con baja, lo que supone un aumento de 71 accidente con baja en relación al año anterior. En cuanto a los accidentes mortales, 29 trabajadores y trabajadoras han fallecido durante el pasado año, dos más que en 2017. También se han notificado muchas más enfermedades profesionales. No podremos nunca contabilizar los otros datos, aquellos que no se harán realidad, los besos y abrazos que nunca darán aquellas personas que han perdido su vida en el tajo, los proyectos que nunca emprenderán. No hay estadística que cuantifique todo esto y es que la vida no se puede medir, es algo demasiado grande y sagrado. Desde aquí, queremos pedir por estos trabajadores y sus familias, para que encuentren consuelo, esperanza y justicia.

“NO AL TRABAJO PRECARIO QUE LLEVA CONSIGO LA SINIESTRALIDAD Y LA POBREZA”

Denunciar todas aquellas situaciones y comportamientos, que se fundamentan en la obtención del máximo beneficio dejando la seguridad y la salud de las personas como algo secundario. Los

datos demuestran claramente que no es suficiente tener una Ley de Protección de Riesgos Laborales. También hay que desarrollarla correctamente, necesitamos una formación que nos haga más sensibles y humanos hacia las personas. Los trabajadores no pueden seguir muriendo por realizar aquello tan importante y necesario en la vida como es el trabajo. Desde la Delegación Diocesana de Pastoral obrera pedimos a las organizaciones empresariales, sindicatos, administraciones públicas, a Iglesia y a la sociedad en general, una mayor implicación en el desarrollo de una verdadera cultura preventiva que garantice la seguridad y salud de las personas en el terreno laboral. No podemos quedarnos solamente en una postura de denuncia permanente ante el materialismo competitivo que va descartando los valores humanos y espirituales dando lugar, entre otras cosas, a la siniestralidad.

DIOS ESTÁ EN EL TRABAJO Y QUIERE UN TRABAJO DIGNO

No podemos pasar por el Evangelio de puntillas intentando no molestar a nadie para no complicarnos la vida. Desde el Amor de Dios hay que tomar partido por la vida y la dignidad humana en el mundo del trabajo y en todas partes. Los signos de los tiempos nos muestran claramente que tenemos que tomar decisiones en defensa de los valores humanos y del conjunto de la naturaleza. Y la Iglesia no solamente tiene que estar a la altura de los tiempos, sino, ir por delante, siendo profética y guía del caminante que busca la justicia.

TRABAJADORES POBRES”

Caminemos juntos por un trabajo seguro y decente. Caminemos con ellos, los últimos, los más pobres, los descartados, aquellos que cada vez cuentan menos en este mundo, Ellos nos necesitan y nosotros a ellos. A la dignidad humana hay que darle voz y presencia, no debemos ocultarla ni ignorarla, porque es la luz de la justicia. Es un derecho del pobre que se le ayude a salir de la pobreza por medio de su trabajo.

El Evangelio lo dice claramente, en el trabajo, lo más importante es la persona que lo realiza, desarrollando su espiritualidad, su amor y encontrándose con la obra creadora de Dios. No permitamos que la indiferencia o el miedo a denunciar las injusticias nos aparten de nuestro compromiso de defender la dignidad humana y la vida. El trabajo tiene que estar en armonía con los valores humanos, también con la naturaleza y el medio ambiente. El mundo será el resultado de nuestro trabajo. No podemos dejarles a nuestros hijos un mundo deshumanizado y desolador.

POR UNA IGLESIA COMPROMETIDA CON EL TRABAJO HUMANO

San Juan Pablo II nos lo ha dicho con claridad: “El trabajo ocupa el centro mismo de la cuestión social” y “es una clave, quizás la clave esencial de toda la cuestión social” (GS 38. LE 3). Por eso, el trabajo y la situación de los trabajadores ocupan un lugar central en la Doctrina Social de la Iglesia y la pastoral de la Iglesia debe tener como perspectiva preferente la situación del mundo obrero.

“POR UN MUNDO MEJOR, NI UNA MUERTE MÁS”

 

Misa por las víctimas de accidentes de trabajo: Día 3 mayo a las 8:30 de la tarde en la Parroquia Nuestra Señora de las Lágrimas de Llano de Brujas.