El propio Obispo recordó en su homilía las palabras de la Doctrina Social de la Iglesia que señalan que el trabajo es medio imprescindible de realización personal de la propia vocación y reconocimiento de la sagrada dignidad de las personas. Mediante el trabajo construimos la vida social y política y contribuimos al Plan de Dios para la humanidad. Por tanto, si falta el trabajo, la dignidad humana está herida.
Los participantes en el Gesto Público distribuyeron entre los ciudadanos que se acercaron a la Glorieta más de 500 folletos en los que se recordaba indicaba que en España, en Europa y en todo el mundo, el acceso a un trabajo decente debe ser una meta prioritaria de las políticas públicas y de las organizaciones sociales, empresariales y sindicales. También repartieron unas pulseras que reclamaban el Trabajo Decente.
En la reflexión que aparecía en el folleto se indicaba que «es necesaria la articulación de políticas en España, en la Unión Europea y en el ámbito de Naciones Unidas de cara a la consecución de este objetivo. Es urgente la formulación y puesta en práctica de un nuevo conjunto de objetivos de desarrollo internacionales, junto con unas condiciones de ayuda y unas políticas económicas. España no es ajena a la creciente injusticia social, a la creciente desigualdad y a tasas de desempleo muy superiores a la media europea».
Finalmente, los grupos eclesiales convocantes del acto indicaron que «nos comprometemos a trabajar con las distintas organizaciones que promueven el trabajo decente, apoyando y difundiendo eventos relacionados con la defensa del trabajo decente en España y en el mundo. Y visibilizando y denunciando en los diferentes medios de comunicación la situación de desigualdad en el acceso al trabajo decente y la pérdida de derechos laborales y sociales que esto supone».