POR JUAN GARCÍA CASELLES / “Felipe VI no ha dudado en ejercer de ‘comercial’ para las compañías españolas. «Estamos convencidos de que a los primeros proyectos ya adjudicados a las empresas españolas en Arabia Saudí les seguirán muchos más, puesto que nuestro país cuenta con empresas muy cualificadas y con mucha experiencia, y que, además, están interesadas en colaborar en el proyecto de diversificación de la economía de vuestro país», ha expresado el Rey, que ha mostrado su «convicción» y «deseo» de que «la cooperación económica y comercial entre Arabia Saudí y España siga reforzándose en el futuro». Durante su visita, Felipe VI se ha reunido, además de con el rey Salman, con los ministros de Comercio e Inversiones y de Finanzas de Arabia Saudí.” (El Mundo).
Tres cositas al respecto. En primer lugar, lo de la españolidad de las empresas. No son propiedad del Estado español, sino de personas y sociedades particulares, que
vaya usted a saber quiénes son, porque si hay un arcano profundo en nuestros tiempos ese es el de los movimientos del gran capital y lo mismo pueden ser propiedad de un
argelino que de un siberiano, o de un mexicano o de un chino. Y a lo mejor hasta hay españoles que tienen su dinerito invertido ahí, pero no lo sabemos con certeza. Y si
esto es así, no sé yo por qué los españoles en general le tenemos que pagar los viajes a nuestro amado Felipe VI, que Dios guarde, porque los beneficiarios de eso son esos
desconocidos señores y sus empresitas de nada.
En segundo lugar, si el monarca, cansado de no hacer nada, se ha dado a trabajar en el honrado negocio de comisionista o viajante de comercio o corredor o
comercial, que se dice ahora, no mre parece mal, pero nos gustaría saber cuales son sus honorarios y comisiones, si los hay y, mire Vd. por donde , se nos viene a la mente
el origen del capitalito de nada que juntó su padre, no sabemos cómo, porque el sueldo no daba para tanto.
Y, finalmente, mientras nuestro democrático rey hacía sus negocietes con los jeques, las mujeres saudíes siguen sin sus derechos humanos, pero como no son
españolas ¡que las parta un rayo! Y es que lo de ser español tiene su importancia o no, según para qué cosas.