ILUSTRACIÓN: Artsenal JH

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Por JUAN GARCÍA CASELLES / Prietas las filas, recias, marciales, las escuadras del capital (la patronal, el PP, los ciudadanos y, ¿como no?, el rey, amén de la prensa, las teles, las radios y demás instrumentos de convencimiento) salieron tras el 20-D como un solo hombre a defender exactamente la misma cosa, la necesidad de una coalición gobernante que garantizara la defensa de “los intereses generales de España”-

 

Algún inocente (bueno, en realidad muchísimos) podría creer que defender los intereses de España es lo mismo que defender los intereses de los españoles. Pues no.

Defender los intereses de España, que yo sepa, es defender cosas como lo de salvar al euro (como hizo Zapatero con su reforma de la constitución y su reforma laboral) o la prima de riesgo y la aprobación de los mercados, como ha hecho Rajoy, amén de seguir a pies juntillas las instrucciones de la OCDE y del FMI, vigilar la balanza de pagos y seguir haciendo reformas estructurales para garantizar el aumento de los beneficios del capital, incrementar adecuadamente el número de millonarios, etc.

Entre los intereses generales de España no se encuentra lo de disminuir el nivel de pobreza de casi el 30% de nuestra población, ni lo de garantizar la correcta alimentación de los niños, ni lo de cumplir la constitución dando trabajo a cinco millones de parados y vivienda a muchos más, ni lo de garantizar una sanidad normal para la mayoría de la población, ni la educación igual para todos, ni la supervivencia de los ancianos, ni…

Fijaos en lo que ha pasado con la CUP. Mitad y mitad. Una mitad mira por Cataluña y sus intereses generales. La otra mitad mira por los intereses particulares de los catalanes.

Mirad lo que pasa en el PSOE. Los unos se fijan en la E y, como se sienten españoles, son partidarios de la gran coalición con los peperos, con los que han coincidido últimamente en muchas, demasiadas, cosas. Otros de fijan en la O y, como se sienten trabajadores, quieren que se acabe el dominio de la derecha. Y en eso andan.

Claro, es que la gente no se aclara y confunden pueblo con nación, que no son lo mismo. En principio el capitalismo y sus aliados defendieron la democracia, el poder del pueblo. Pero al darse cuenta de los peligros que tal cosa podría traer para sus intereses, cambiaron astutamente lo del pueblo por la nación, aprovechando el viejo sentimiento (más o menos subconsciente) de la pertenencia a la horda.

Al final, como hace tiempo me hizo ver Chipola, todos los nacionalismos sólo son una forma de solidaridad que consiste es ser más solidario con los ricos de tu pueblo que con los pobretes del pueblo de al lado. Esto es una advertencia, no se trata de culpabilizar a nadie, porque casi nunca somos dueños de nuestros sentimientos. Y, aparte de que todos somos nacionalistas aunque no queramos, allá cada uno con sus cosas y sus circunstancias.