Por JUAN GARCÍA CASELLES / Dice Rajoy que es “un error muy grave” y “muy malo para España y el conjunto de los españoles” los pactos entre “pentapartidos” y “la exclusión del PP por parte del PSOE” en las negociaciones emprendidas tras las elecciones del 24-M, pero, en realidad, lo que expresa es el miedo a que le echen del puesto y le dejen sin la teta.
Y, de paso, se le escapó el subconsciente y puso de manifiesto el entramado de su política. Porque, tal y como lo dice, una cosa es España y otra el conjunto de los españoles. Es que para él, firme y legítimo heredero del franquismo, existe una España, la de los vivas y las banderas, el tachún-tachún, los desfiles, los toros, las fiestas populares y las romerías, constituida por los aristócratas terratenientes, los banqueros, las multinacionales, los grandes empresarios y los ricos en general, a los que su política les ha venido de perlas. Y aparte está el conjunto de los españoles, a los que su política ha desfavorecido, empobrecido, arruinado o marginado y que, como protestan por tanto desafuero, son llamados “izquierda radical”, pero cuyo histórico y honroso nombre es el de “la anti-españa”, nombre éste de mucha más enjundia y señorío.
Dice y repite Rajoy que con su política se están creando empleos y promete crear millones y millones de ellos en el futuro (por si os fiáis de sus promesas, tan poco fiables). De lo que este hombre no se da cuenta es de que los empleos que se crean apenas si dan para comer y resultan escasamente apetecibles, aunque los currantes los acepten porque no tienen más remedio. La gente, como es normal, quiere empleos, lo que pasa es que cree que, además de trabajar para el amo, tiene derecho a comer y a una vida digna, a la educación de sus hijos, a una sanidad en condiciones, a una jubilación honrosa, a que los dependientes puedan sobrevivir, etc.
Sigue desbarrando Don Mariano y dice que el PSOE va a pactar con la izquierda radical. Añade que ello causará innumerables males a su querida España, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Pues bien, yo les pido a los creyentes que recen lo que sepan para que el todopoderoso (o aquello en lo que crean) haga verdad, aunque solo sea por esta vez, el pronóstico de Rajoy sobre el pacto, tal y como yo mismo rezo con todo fervor.