Imagen tomada de www.infobae.com

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Por JUAN GARCÍA CASELLES / Desde el susto que les ha pegado Syriza hay dos palabras de la derecha, especialmente de esa que presume de centro (y ya sabéis lo que dice el refrán, dime de qué presumes y te diré lo que no eres), que repiten sus miembros como loritos amaestrados: radicalismo y responsabilidad.

El Diccionario de la Real Academia nos aclara: Radicalismo político es un concepto de las ciencias políticas que se define como: “Conjunto de ideas y doctrinas de quienes, en ciertos momentos de la vida social, pretenden reformar total o parcialmente el orden político, científico, moral y aun religioso”. Y siempre con un matiz de extremosidad.

¿Y habrá radicales más rabiosos que los partidarios del neoliberalismo económico, que para conseguir su pretendidos fines no dudan en dejar a las familias sin casa, a los niños hambrientos y sin escuela, a los viejos abandonados, a los
investigadores y a los médicos sin trabajo, etc, etc,? ¿Con qué cara se atreven a acusar a los demás de radicalidad?

En cuanto a responsabilidad, el diccionario nos dice que también es el cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado.

Veamos. Se dijo que Grecia se había endeudado tanto que era imposible que pagara sus deudas, por lo que era necesario rescatarla y , a cambio, debería modificar su economía para que su situación mejorara. Expertos de varias clases aplaudieron el invento de los rescates y periodistas, economistas de tres al cuarto, políticos de variopinta ideología, tertulianos de infinitas ignorancias, sabedores de altísimas universidades, funcionarios internacionalísimos, etc., etc., ratificaron la excelencia y la sabiduría de la cosa. Y ahora tras varios años que han llevado al pueblo griego a
situaciones insufribles, una vez aplicados a conciencia todos los recortes imaginables, nos encontramos con que la deuda griega, no solo no se ha reducido, sino que, al contrario, ha aumentado considerablemente,

En España no nos recataron ellos porque ya se encargó el PP de hacerlo por cuenta ajena. Nuestra deuda, que decían que era imposible de pagar y hacía subir la prima esa un día sí y el otro también, ahora, tras la aplicación de tan dolorosos remedios, ha crecido en un 66% sin que nadie se rasgue las vestiduras. Tanto en Grecia como en España el fracaso ha sido total.

En este momento en que tanto se habla de responsabilidad ¿quién se hace responsable de las barbaridades cometidas contra los pobres para nada? Los de la troika, la Merkel, los de la Comisión Europea, los del FMI, los del Banco Central
Europeo, los del Financial Times, ¿no deberían dar la cara por la inutilidad de sus planes que, según ellos, eran la expresión máxima de la ciencia económica? ¿No debería exigírseles responsabilidad, esa que ellos mismo exigen a Syriza? Y todos los necios que ejecutaron los recortes, y los que los aplaudieron y los que defendieron a los poderosos bancos internacionales en contra de los humildes de su pueblo, ¿no deberían pedir perdón?

Bueno, y todo esto sabiendo que el verdadero problema no era la deuda pública, sino que los bancos alemanes (y también los ingleses, los suizos, los españoles, … los bancos todos) no podían recuperar los prestamos que habían hecho a los bancos españoles, griegos, portugueses, chipriotas o irlandeses. Si prestaron su dinero sin estudiar las consecuencias de sus negocios sucios y luego no podía recobrarlo ¿por qué tuvieron que pagarlo los trabajadores, los marginados, los inmigrantes, los viejos, los niños, los jóvenes, los parados, los enfermos, los deficientes, etc., etc.? La lógica del capitalismo ¿no es que deberían ir a la ruina por llevar mal su negocio?