
Imagen tomada de blogs.cccb.org
Por JOAQUÍN SÁNCHEZ / A los capitalistas que están imponiendo su modelo social basado en la desigualdad social, donde unos pocos acaparen casi toda la riqueza y la inmensa mayoría se conforme con las migajas, ¿qué les interesa más? ¿Una sociedad de parados o una sociedad precaria, es decir, de trabajos temporales con sueldos bajos y condiciones indignas? Les interesa una sociedad precaria porque si dispones de un trabajo de 500 euros tienes algo que perder. A los capitalistas les interesa que la gente tenga algo para evitar la sublevación. Por eso los gobernantes se esfuerzan en construir una sociedad precaria, de ahí que se intente sustituir trabajos indefinidos por trabajos temporales y a tiempo parcial, aunque después se eche una jornada completa e incluso más. El otro día oí decir a una persona joven algo que ya es frecuente: «Yo, por un trabajo de 500 euros hago lo que haga falta». Están promoviendo un trabajo que no te permite tener una vida digna y que seas pobre; es el modelo norteamericano de trabajadores pobres que incluso teniendo dos trabajos no puede vivir decentemente.
Los capitalistas han decidido que la gente tenga algo que perder y por eso los políticos cómplices están aprobando las reformas laborales para dejar a los obreros cada vez más indefensos, recortando o suprimiendo prestaciones sociales y la bajada en las cotizaciones de la Seguridad Social. Todos conocemos gente que tiene un contrato de tres o cuatro horas y está echando diez horas con un sueldo de cuatrocientos euros y con un trato vejatorio, y cuando alguien protesta se le amenaza diciéndole que «ya sabes, en la puerta hay muchas personas que quieren tu trabajo; cállate o atente a las consecuencias». Hace ya años que no estamos en un Estado de Derecho.
La precariedad pretende crear una pobreza estructural y definitiva. Sería el triunfo del capitalismo sobre la clase obrera, unido a los recortes de los derechos laborales y sociales, unido a las subidas de los precios de los productos básicos, incluidas la luz y el agua, y si a esto sumamos las hipotecas se produce una fractura social y se levantan murallas de injusticias y desigualdades importantísimas.
Para mantener este status quo es necesario tener leyes restrictivas sobre las protestas sociales y fuerzas de (des)orden público suficientes para controlar y reprimir al pueblo, aunque ellos nos llamen la masa. En el último informe de Amnistía Internacional se ha denunciado que la represión ha aumentado en nuestro país, traduciéndose en detenciones, multas de las delegaciones de Gobierno y leyes que coartan las manifestaciones.
Esto hace incluso que muchos trabajadores, agobiados por el hambre y la miseria de sus hijos, se oferten a empresarios por sueldos de miseria para poder comprar algo a susfamilias. Es espeluznante cuando hay padres y madres que te dicen que prácticamente no comen nada para que sus hijos puedan hacerlo. Los capitalistas saben que con la precariedad y el paro las personas no van a pedir sus derechos y mucho menos crear conflictos sociales y laborales.
Esto lo estamos viendo en toda Europa, donde el país-modelo, Alemania, fue de los primeros en crear los minojobs, trabajos temporales con sueldos muy bajos. En Alemania hay una tasa de pobreza de un 15% y muchos de sus pensionistas tienen que buscarse alguna actividad económica (economía sumergida) para llegar a final del mes. España, en concreto, es el tercer país con mayor tasa de pobreza en la Unión Europea detrás de Grecia y Rumanía.
En definitiva, los capitalistas con muchos políticos gobernantes cómplices pretenden crear una sociedad donde la mayoría de los ciudadanos vivan en la precariedad, en la pobreza y la exclusión social, no luchen por lo poco que puedan perder, y con el tiempo se resignen y se acostumbre a esta realidad.
Para los capitalistas, que la clase obrera y la ciudadanía pierdan la esperanza en otro mundo posible y necesario es fundamental. La combinación paro-precariedad es el eje de su estrategia, porque los que están en paro aspiran a un trabajo precario y los que tienen un trabajo precario están amenazados de irse al paro, y a un paro en la práctica desprotegido socialmente. En España hay 1.800.000 familias sin ningún tipo de ingresos
¿Qué podemos hacer? Primero, visualizar los objetivos de los capitalistas, pretensiones y estrategias, identificando los personajes y las instituciones que pretenden fundamentar a la humanidad en las desigualdades sociales. En segundo lugar, deslegitimar el capitalismo, un sistema que mata, que asesina; ese es su ADN. En tercer lugar, organizarnos y promover acciones continuadas en el tiempo que respondan a una rebelión pacífica. Y, en última lugar, vivir estos valores en nuestras propias vidas para no caer en la desesperanza. Seguimos luchando porque creemos en una humanidad nueva, una humanidad de todos y para todos, seguiremos trabajando por unas relaciones laborales sociales y humanas basadas en compartir, la fraternidad y la comunión, por un trabajo digno, estable y seguro.
Eso es exactamente lo que ha ocurrido en Estados Unidos, donde el empleo se ha precarizado, y la distribución de la renta se ha polarizado, hasta llegar a una proporción de 250/1 entre las rentas más altas y la media. La clase media está desapareciendo, y, aplicando el coeficiente de Gini (que mide la ineguidad en una escala de o a 1, Estados Unidos se acerca al .5, al nivel de Irán, Filipinas, y países similares. El Modelo norteamericano, al que pretenden llevarnos nuestros «dirigentes», tiene la mortalidad infantil más elevada entre los países desarrollados, así como la esperanza de vida femenina más baja. (resultado de no tener cobertura sanitaria). (Cfr Joseph Stiglitz, «El precio de la desigualdad», Capítulo 2.
REcuerdo que Stiglitz fue premio nobel de Economía en 2001, y fue director del Banco Muncial hasta el año 2000. Lo digo por apoyar con datos concretos y académicos, lo mismo que dices, Joaquín. No son declaraciones demagógicas, sino bien «sustentadas» por los estudiosos.
Contaba Juan Torres en Ávila que tenía un amigo profesor de instituto y quiso cambiar de trabajo. Se fue a trabajar como traductor en Bruselas (por cierto, ¿os suena? Elecciones próximas). De repente, un día le llamó a Juan alarmado y le decía: -«Que es cierto, Juan, que es cierto lo que me decías». – ¿Que te decía? (contestaba Juan). – «Pues sí, que el verdadero deseo de los políticos-as es crear paro, rebajar los sueldos hasta la miseria, crear pobreza, eliminar derechos sociales, etc… lo estoy oyendo con mis propios oídos y estoy traduciéndolo yo mismo entre ellos; cuando me lo decías no me lo creía pero lo estoy oyendo».
– ¿Se necesita más certificación que la de un traductor?. Blanco y en botella.
Saludos.