Este educador, discípulo de Paulo Freire y miembro de Cristianisme i Justícia participará el próximo sábado 10 de mayo en Murcia en el Día de la HOAC, que celebraremos bajo el lema «Trabajo digno para una sociedad decente»
Por CAZARABET / Lleva 30 años trabajando, formando e investigando sobre economía social y solidaria, inserción sociolaboral, etc. Daniel Jover Torregrosa (Alicante, 1956) es cofundador de Promocions (Red de Conocimientos), educador y emprendedor social, miembro de la Universidad Rural Paulo Freire y de la Red de Economía Solidaria de Cataluña. Autor de diversos libros como “ Praxis de la Esperanza” y «Educar, Trabajar, Emprender”. Hace el prólogo a la edición española del libro de Patrick Viveret “La Causa Humana”. También fue coautor de un libro con Viveret que critica los «termómetros que nos enferman» -indicadores económicos como el PIB-, y apuesta por «reconsiderar» la riqueza y el empleo. El próximo sábado 10 de mayo, a partir de las 17:30 horas de la tarde en el IES Licenciado Francisco Cascales, participa en Murcia en el Día de la HOAC, bajo el lema «Trabajo digno para una sociedad decente».
–¿Qué es Promocions?
-Somos una empresa social y solidaria «sin ánimo de pérdidas económicas», nos autofinanciamos para preservar nuestra independencia, dando servicios de calidad. Empleamos a 100 personas, profesionales de diversas disciplinas. El 80 por ciento de nuestros clientes son administraciones públicas, para las que elaboramos planes de desarrollo, iniciativas emprendedoras, políticas de igualdad de oportunidades, lucha contra la pobreza y exclusión… Huyendo de planteamientos reduccionistas, queremos aportar una mirada múltiple, global, integral y transversal y con la corresponsabilidad de los agentes institucionales y sociales, actuando como mediadores para intervenir en la transformación económica, social y ambiental de nuestros territorios.
-Lo primero que me pregunté Daniel, al leer el título del libro es lo que él mismo nos viene a explicar: cómo hacer buen uso del fin del mundo. ¿Es eso posible, porque así, de primeras…?
– Hay que evitar el catastrofismo sistemático que nos impide una comprensión adecuada de la realidad e intentar poner remedio al problema. Hay que saber gestionar la realidad sin dejar de criticarla y cuestionarla. Las propuestas más importantes que ha construido la propia humanidad han sido del orden de las utopías necesarias. Si falta el horizonte de un mundo diferente reproducimos el pasado. Vivimos no solo una época de cambio sino un cambio de época. El problema no es la crisis sino el sistema. La misión central de una praxis de la esperanza es restituir la dignidad de la persona. Por eso debe ser tratada siempre con respeto y debe ser reconocida como sujeto de derechos, responsable de sus decisiones, experta y protagonista de su propia vida.
La resistencia ética nos sirve más que nada para no aceptarla crisis como si fuera una fatalidad. Nos ayuda a entender las causas y sus interrelaciones no como una imposición inexorable de la lógica implícita en los procesos económicos y financieros. Debemos rechazar la idea que el Mercado capitalista y globalizado es algo natural,bueno y universal. Los conflictos nos permiten visualizar y comprender las luchas de intereses y de dominio que tanto sufrimiento y víctimas están provocando.
-¿Somos los propios seres humanos nuestros principales enemigos?
– En el ser humana habita lo mejor y lo peor. Sabemos por experiencia propia que la represión de las habilidades, de la vocación genuina o talentos que cada quien tenemos es generadora de frustración. Si no dejamos fluir los dones que singularizan nuestra personalidad quedamos estancados y generamos agresividad. Todas las personas tenemos conciencia de las diversas necesidades de tipo intelectual, afectiva, estética o espiritual que debemos satisfacer y desplegar. La expresión de lo que somos es condición del bienestar personal que también se traducirá a nivel social y global en una tríada inseparable.
Tomar conciencia de nuestras limitaciones o emociones negativas es condición para liberarnos de ellas. Todas las personas estamos llamadas a tener conciencia de respeto, de veneración a la madre Tierra y la Vida, de cuidado de todos los ecosistemas, de compasión, de solidaridad, de sobriedad compartida y de responsabilidad sin restricciones, pues todos somos interdependientes. Lo interior es aquello que no se ve directamente pero debemos cultivar para que emerja lo mejor: la generosidad porque recibimos lo que damos en una interacción recíproca admirable. La vida interior es una dimensión fundamental de lo humano que no se puede llenar con cosas en el mercado del consumismo. Por eso es universal. Está en todos los tiempos y en todas las culturas.
-Pero, a la vez, también seremos nuestros principales generadores de las soluciones.
-Nuestra apuesta se basa en desarrollar procesos de desarrollo comunitario que incorporen modelos de participación y formación integrales. Estos se deberían fundamentar en el aprendizaje dialógico y en el desarrollo del espíritu crítico y cooperativo enfocado al desarrollo humano y sostenible de carácter local. De este modo se irán construyendo territorios socialmente responsables acompañados por métodos y sistemas propios de una educación transformadora y fórmulas de gestión basados en la cooperación público-privada con otros indicadores para evaluar el desarrollo humano y la riqueza del territorio
-Sin diálogo y pasión por conocer al resto de gentes, de culturas… no puede haber compromiso y sin compromiso, no hay solidaridad…
– Sí, Paulo Freire, uno de mis queridos maestros-amigos decía que necesitamos combinar Pasión-Lucha- Compromiso y Esperanza. Estos cuatro ingredientes son importantes para construir algo sólido. Efectivamente necesitamos incorporar la educación transformadora así como favorecer valores éticos y una nueva cultura de la solidaridad para asegurar la “sostenibilidad”. La actual crisis sistémica solo abrirá oportunidades de humanización y cohesión social si va acompañado de un cambio cultural y educativo que se expresa en el impulso de otros modelos de desarrollo humano local regenerados a partir de la economía social y solidaria. Capaz de la convivencia y cohesión social de toda la población del territorio.
Se requiere construir respuestas integrales que comprendan la multicausalidad de la exclusión y sus consecuencias en los espacios locales con diálogo. Por ello el enfoque comunitario con el soporte y la colaboración de todos los agentes sociales, económicos y cívicos que conforman una comunidad es imprescindible. Solo de este modo se crearan sinergias que multipliquen los esfuerzos y facilitaran actuaciones consensuadas y eficaces que tengan impactos positivos reales.
Amor y ternura, acto de resistencia creativa
– Daniel, cualquier día, cualquier momento, sea cual sea nuestra actividad ¿es buen momento para echar el alto y retomar nuestros caminos hacia un mundo más justo?
– En estos tiempos de violencia y desigualdad -pecado estructural del capitalismo depredador – estoy más convencido que el amor y la ternura no son un asunto particular o privado sino un acto de resistencia creativa. No es posible la experiencia de amor sin esperanza ni confianza en lo que se ama. Y sabemos que no hay más alegría que amar. Anhelar, desear, siempre es la primera manifestación humana. Por eso también tengo presente la gente que pone sus mejores energías construyendo alternativas a esta sociedad de consumo productivista que rompiendo límites éticos, sociales y ecológicos produce también pobreza, exclusión y su propia destrucción. Con la impresión que a veces produce la metáfora de David contra Goliat. El amor casi siempre es el más fuerte; incluso más que la muerte. Podemos confiar. Sin esperanza ni el propio pensamiento adquiere lucidez. Sólo con esperanza tenemos un conocimiento holístico y completo. – Porque nos permite percibir la complejidad de la realidad con todo su potencial. No sólo lo que es sino lo que puede llegar a ser. Vivir es anhelar, esperar, querer y ser queridos. Necesitamos una nueva comprensión de la realidad que incluya la percepción de los aspectos inéditos latentes. La educación dialógica y solidaria nos permitirá valorizar las sutilidades y estilos de un modo de acción, que no se conforma con ver las cosas como parecen ser, sino como pueden llegar a ser. Confluyendo en la praxis, como si de un río se tratara, los manantiales de la resistencia ética y la dignidad creativa con los de la utopía transformadora.
– ¿Cómo debemos o podemos hacerlo?
– El arte del camino es disfrutarlo y vivirlo con intensidad: es el proceso lleno de aventuras antes de alcanzar una meta como decía Kavafis en su Viaje a Itaca… Más interesante y sugerente es el recorrido y los trayectos antes que la llegada…
-Pero la pregunta estaría, ¿qué es un mundo más justo?
– Tratando de favorecer modelos de desarrollo local que sean capaces no solo de generar empleo sino también cohesión social, convivencia y economía solidaria pretendemos compartir algunas ideas y reflexiones generadas en las diversas prácticas de intervención social y comunitaria dónde venimos trabajando a lo largo de 30 años
-Vivimos en un mundo enfadado: de prácticas violentas en lo económico que derivan en lo social y así es muy difícil que se puedan sostener ciertos pilares fundamentales en la convivencia y además , más de los mismo: los primeros que se violentan entre ellos(verbal o físicamente) son los ciudadanos de a pie: nos enfadamos con el vecino de cada día, con el cliente que compra menos (porque , seguramente que tiene menos poder adquisitivo), con nuestros seres queridos que pagan nuestras frustraciones y nervios, con los compañeros de trabajo , estamos más susceptibles y eso se convierte en una rueda. ¿Hasta cuándo?
– Es importante advertir que no existen determinismos ni fatalidades. Las decisiones humanas y las construcciones sociales son modificables con la acción de la inteligencia colectiva y la energía de la solidaridad que se reflejan en Redes de cooperación.
Ante una crisis del sistema de empleo y la cohesión social reflejada en la convivencia y ciudadanía tan profunda como la actual, debe plantearse una alternativa como esperanza y como orientación de la acción diaria. No sólo actuar sobre los efectos y consecuencias sino sobre las causas que las provocan.
– ¿Cuándo seremos capaces de transformar ese enfado en “algo positivo” que derivar en alternativas que planten cara a los monstruos que nos están haciendo tanto daño?
Se ha instalado una visión conformista que tiende a justificar el drama actual culpabilizando a las víctimas. Una brecha insalvable entre los integrados y los excluidos, neutralizada por la heterogénea capa de precarizados. Esta sería la mejor coartada para mantener y reproducir la dualización de la sociedad: responsabilizar a los perdedores de su situación. Y, como paliativo, una creciente asistencialización de las políticas sociales y de empleo que, tergiversando los conceptos de inserción, comunidad y responsabilidad social se convierten en un falso remedio para segregan y fragmentan selectivamente.
La mejor fórmula para construir en positivo es recordar a toda la buena gente que conocemos y hemos tratado, Podemos hacer un elogio de las buenas personas gracias a las cuales somos nosotros: todas ellas también compartían las mismas cualidades propias de las personas buenas y justas: reflexión crítica, conocimiento y gusto por la verdad. Al fin y al cabo solo podemos valorar la trayectoria intelectual y humana de las personas si conocemos su vida, sus esperanzas, sus respuestas a las situaciones históricas que les toca vivir. Mantendremos fidelidad a nuestra gente muerta a través de la memoria Aprender es recordar mirar el camino recorrido con agradecimiento y una gran ternura hacia quienes has compartido el camino. La memoria agradecida custodia y aprehende la esencia de laspersonas.Yo creo que podremos conservar lo mejor de la gente querida en nosotros porque formaran parte de nosotros y nos seguirán transformando siempre
-Estoy y comparto mucho lo de Viveret sobre la “desmesura”. Nos hemos pasado y mucho queriendo y, muchas veces, no pudiendo (y aunque podamos, me da igual), pero ¿por qué?…¿qué crees que lleva al ser humano a tomar ese camino?
Nuestras sociedades tienen un modo de funcionamiento exclusivamente centrado en la eficacia utilitarista; está focalizado sobre un modelo de crecimiento que pone en peligro la naturaleza y la cohesión social; un proceso de cosificación y mercantilización generalizada que las hace cada vez más inhumanas e insolidarias.
En muchas ocasiones las mismas políticas sociales y de empleo adolecen de perspectivas para favorecer la participación activa, el protagonismo y laresponsabilización colectiva de las personas convirtiéndolas en “objeto pasivo” de intervención. El riesgo de burocratizar los programas sociales y de inserción es alto. La tradición del desarrollo comunitario y la educación de calle consustancial al trabajo social se fue perdiendo en la medida que se incrementaban los requerimientos de justificación, informes y controles. Cuando la política social y educativa abandona las calles y la comunidad para refugiarse en los “informes, ordenadores y los despachos” algo grave ha ocurrido
-La desmesura y el “uso” que hacemos de ella va de lo más cotidiano a lo que puede caracterizar la conducta y el comportamiento de un determinado grupo social, de una sociedad, un grupo de poder, un gobierno…¿un “clic”, un pequeño cambio en determinados peldaños haría que todo pudiese ir a más justo?
– Si la persona abandona su esencia de generosidad y alteridad entra en proceso de deshumanización y se degrada en su forma de pensar, sentir, vivir y relacionarse con los demás: que pasan a ser objetos instrumentales de su egoísmo y se va construyendo un modo de vida marcado por el sinsentido de la competitividad a ultranza, utilitarismo que provoca el malestar y la necesidad de evasión y auto-engaño. Desde este paradigma las personas actúan movidas por el miedo y la necesidad de supervivencia, pretenden que el mundo se adapte a sus deseos y necesidades egoístas con lo cual la espiral de resentimiento, odio y desprecio a lo diferente se va imponiendo en entornos cada vez más violentos y hostiles a la convivencia humana
Los enfoques más innovadores de trabajo comunitario y educación social deben acompañar y estar presentes en una sociedad humana fundada sobre los principios y los valores de la dignidad, de la diversidad, la justicia y la igualdad entre todos los seres humanos
-Yo me estoy leyendo el libro y aprendo, pero también recuerdo lo que no debería haber olvidado…Viveret escribe como para corregirnos un poco, como para llamarnos un poco la atención y eso….a todos, en algún momento de nuestra vida, nos viene bien….peo también nos recuerda, porque él estuvo muy presente en lo de la Revolución del 68, que la imaginación es imprescindible para ejercer el poder…
– Estamos en una situación paradójica ; cuando el sistema se desmorona incapaz de sostener la vida y la dignidad en la Tierra simultáneamente alcanza su apogeo la globalización de la superficialidad. Las formas de alienación son más sutiles y sofisticadas incluyo se llega al consentimiento por adocenamiento. Escasea el laborioso trabajo de pensar con seriedad y sentido crítico ya que predomina una visión edulcorada y de la realidad. Solo una exigente y paciente voluntad de saber permite acceder a un conocimiento crítico que sea veraz y sólido. Se impone la ficción y el culto al emotivismo más banal. De tal modo que la comunicación e interpretacion interesada sobre las cosas acaba siendo más importante que la propia realidad.El impacto mediático de un asunto prima sobre el hecho en sí que tendrá duración efímera.¿Cómo preservar el sentido crítico y la autonomía intelectual de la persona antes que sea anulada por las tecnologías y los grumos mentales?
Permanecerá el simulacro: la telerealidad construida y tergiversadora de la historia que ocultará la verdad desnuda de los hechos.Nos niegan la capacidad de ver con claridad lo que uno tiene delante de los ojos:la mirada propia sobre la realidad de las cosas: lo que en griego es “ eidon” de donde procede “idea”. Solo desde la observación y experimentación podremos generar ideas. Saber mirar y escuchar tarea esencial para elaborar saber con sabor.
La ética no consiste en saber muchas teorías morales o disponer de un código ético ideal sino capacidad de aplicar las imprescindibles. Llevar a la práctica esas convicciones elementales que hacen las sociedades decentes y agradables. Sabemos algunas certezas básicas:Por ejemplo Necesitamos dignidad y coraje para vivir. Sin generosidad no es posible la convivencia pero la pruedencia es fundamental para circular en entornos hostiles y en conmoción.La mejor forma de negar los conflictos y los problemas es mediante el autoengaño y la alienación cultural.El modo sutil de dominación y anestesia de conciencia.
Sabemos que la equidad es condición de una sociedad civilizada cuya población tiene buena educación y la demuestran porque saben convivir sin maltratarse ni despreciarse.
La educación para ser persona requiere tres cosas: saber pensar, reconocer y sentir las emociones,tener asumidos unos valores éticos claros. Valores como lalaboriosidad,la honestidad y la veracidad. Nos da la capacidad de pensar y decidir por sí mismo.
– La verdad es que hay políticos que han puesto mucha imaginación para enriquecerse y ejercer la corrupción( sin ir más lejos lo del despropósito del aeropuerto de Castellón no tiene nombre)…pero cómo debemos contraatacar nosotros, con qué dosis de imaginación para hacer frente al cúmulo ´de acontecimientos con el que día a día nos bombardean.
– Sí, efectivamente en nuestro mundo domina esa peculiar cultura del cinismo engendrada por el capitalismo financiero e informacional que tanto desconcierta. Está comprobado que la hegemonía cultural es la mejor forma para mantener el dominio político y económico. Uno de los efectos de relativismo moral y la idolatrización del consumismo es que contribuye a la pereza. Pero la amnesia histórica y la banalización funciona uniformizando los pensamientos.
Nuestro punto de vista se centra en cómo resolver problemas derivados de las múltiples situaciones sociales yconvivenciales de alta complejidad y conflictividad que emergen en territorios y comunidades ¿Cómo afrontamos los viejos y nuevos conflictos de pobreza, desempleo, exclusión y precariedad laboral desde enfoques integrados y estrategias de cooperación público-privadas?
– La Autogestíon tiene incorporado el “Factor A”: Sin Amor ni Amistad no funciona la Autogestión ni la Autonomía.
– Mis primeras experiencias profesionales se desarrollaron hace 35 años en los barrios de Cornellá y del Besós (Barcelona) tanto en el marco de escuelas de adultos y asociaciones de vecinos como en la experiencia de autogestión pedagógica y comunitaria impulsada por la Escuela-Cooperativa Gregal coordinada por Josep María Rueda. Algunas ideas y métodos siguen siendo fértiles e innovadores porque los hemos ido reinventando en la praxis permanente.
Con el compromiso de la acción animados por él aprendí que no es lo mismo hablar de 2Educar” que de “ escolarizar” o de “ comunidad” que de” comunitario”. La comunidad es sólo un referente territorial, es un marco donde se constatan las diversas dialécticas que caracterizan al colectivo humano que está en este territorio. La participación y la animación pueden ser un lugar de aprendizaje de la autogestión, un medio para dar a los grupos sociales concernidos la posibilidad de tomar el máximo de iniciativas que atañen a su propia capacidad de organización. Las relaciones con los otros y la calidad de las relaciones siempre fueron un elemento estructurador de los vínculos y lazos que generan capital social en el territorio. A través de la reciprocidad activa y el reconocimiento mutuo se va construyendo lo mejor de la convivencia.
Comunitario es un concepto más interesante; comunitario quiere decir capacidad de gestionar colectivamente intereses comunes. Y cuando decimos intereses nos referimos tanto a necesidades, como a la resolución de dificultades, como a desarrollo, etc.
La capacidad de gestión colectiva o comunitaria es lo que nos posibilita interesarnos por los problemas comunes. La capacidad es a la vez un plano de interrelaciones y un plano regulador de significados conocido como representación social. Desde esta perspectiva comunitaria los sujetos podrán capacitarse para ejercer con otras personas el acto colectivo de gestión, sus intereses, su vida, su futuro. «Para nosotros autogestión es el proceso con el que denominamos nuestra propia transformación, o dicho de otra manera, es el aprendizaje que estamos realizando colectivamente para pasar de una organización jerárquica, autoritaria, a una institución que se va creando a partir de las necesidades y respuestas que vamos dando todos los que estamos implicados en ella».
Más allá del los debates teóricos: la fecundidad de la praxis
Todo esfuerzo de pensamiento consiste en pensar la propia experiencia en interacción recíproca con los entornos y las personas implicadas.
Necesitamos extraer de la praxis los aprendizajes y lecciones que nos permitan avanzar y madurar tanto individual como colectivamente. Mal favor hacemos cuando generamos debates bizantinos que pierden lo esencial en las babélicas diferenciaciones mezquinas de las definiciones perfectas pero que no encajan en las realidades siempre complejas. Todo conformismo empieza precisamente en las definiciones acabadas y pulcras. Siempre me gustaron los gerundios, esa forma verbal que indica una acción en permanente proceso de ejecución, aunque sin determinación de persona ni variación en la terminación para expresar el tiempo. La sabiduría popular los ha asimilado para expresar verdades como puños: “a caminar se aprende andando”, “andando, que es gerundio”, “aprender haciendo”, etc. a condición que asumamos las lecciones de nuestros errores y mejoremos. La experiencia es una forma de conocimiento o habilidad derivada de la observación, de la vivencia de hechos o procedente de las cosas que suceden en la vida y sirven para afinar la intuición. Con ello podemos dar testimonio de lo vivido y sentido porque la persona se expresa a sí misma en cada acción.
Lo contrario ocurre, por tanto, cuando el conocimiento descontextualizado se torna más alejado, menos comprensión y sentido de la realidad tenemos. Es preciso desaprender lo recibido y rescatar saberes entre las grietas de lo olvidado. Apostar por un pensamiento crítico y dialógico que desarrolle nuestra conciencia será lo que nos libere de los mitos en torno al ego que tanto limitan nuestra existencia.
Si dejamos que la lógica de la competitividad domine los discursos y las prácticas de promoción social y desarrollo local, entonces, instrumentalizará los mejores talentos e ilusiones de las personas y romperá con el ecosistema solidario de la humanidad porque la alteridad, los demás y la naturaleza que nos rodea son parte de nosotros mismos. No existe la fragmentación entre el yo mismo, los demás y el medio ambiente sino una profunda interpenetración que los vincula.
-Desde siempre el comportamiento del ser humano con el medio ambiente, con el planeta y sus habitantes ha sido abusivo…y otra vez puede y debe aparecer la palabra: desmesura. ¿Crees que hemos hecho tarde para salvar al planeta?
Yo creo que no porque el mañana empieza hoy; el futuro lo engendramos siempre en el presente. El gran dilema es si se generan procesos con las personas de adaptación y sumisión o de cambio y transformación social de sus entornos. Si son estrategias que consolidan y legitiman las desigualdades o favorecedoras de regeneración y promoción integral. Para ello la concienciación y participación popular son elementos fundamentales en los programas de desarrollo de la comunidad. Lleva implícito dinámicas de movilización y promoción de las capacidades a través de procesos educativos y formativos de diferente tipo. Es una metodología de trabajo desde la base para desarrollar las potencialidades de individuos y grupos con el objetivo de mejorar sus condiciones de existencia.
Una comunidad es fuerte y cohesionada cuando es capaz de suministrar a sus miembros los ideales y valores que le dan sentido tan importante para vivir como los recursos que necesita. Y los recursos van desde los básicos hasta los complejos, desde el transporte y la movilidad hasta las relaciones lúdicas, etc.
El primer recurso de la comunidad es el factor humano, es decir las personas que la componen. Las personas establecemos nuestras relaciones en el marco de redes sociales presenciales y auténticas no las virtuales. La riqueza y la capacidad de estas redes harán que la ciudad y territorios sean más ricos y capaces para resolver sus problemas.
En todo el mundo hay una gran energía creativa y solidaria: encontramos buenas prácticas y ejemplos demostrativos de otras formas de enfrentarse al trabajo y la emprendeduría social, de organizar la producción y seleccionar los bienes y servicios que han de ser producidos para la mejora y el desarrollo de la comunidad, articulando nuevos vínculos con los sistemas de educación y formación, respondiendo a los desafíos de aumentar la calidad de vida y el bienestar social desde la solidaridad, a fin que tengan cabida digna, tanto los jóvenes como todos los colectivos desfavorecidos y penalizados por el mercado de trabajo. Este mosaico diverso y heterogéneo configura el “humus” creativo de los territorios y comunidades socialmente responsables
-Sin solidaridad entre nosotros y entre los otros habitantes del planeta, ¿hacia dónde vamos?
– Cada vez más la población ha ido delegando su confianza absoluta en los grandes aparatos y sistemas técnicos de la modernidad, menos eficaces y máscontraproductivos. Han proliferado muchos profesionales y empresas de servicios sociales que adocenan e inhabilitan a las personas y las comunidades para que asuman su protagonismo y aprendan a responsabilizarse y tomar decisiones. Pero el reto de avanzar hacia sociedades más habitables, cívicas y convivencialessigue vigente.
Lo más inquietante es comprobar que está en trance de desaparición la cultura del trabajo honrado y decente; de la reciprocidad y solidaridad intergeneracionalbasada en la responsabilidad, el respeto, el don, la generosidad y la gratuidad. Esta cultura popular era la base de confianza y cordialidad necesaria para generar procesos autogestionarios y de autoorganización comunitaria en nuestros barrios y ciudades.
Nosotros somos testigos, actores y actrices de la gran transformación del mundo que afecta a todas las esferas de la vida y no sólo al empleo asalariado o el trabajo humano. Esta mutación sistémica es mucho más larga y profunda que lo que nos dicen desde los centros creadores de opinión. Estas tensiones, paradojas y conflictos se manifiestan en la convivencia entre personas y grupos humanos en las ciudades que junto al desempleo manifiestan tendencias de rechazo y exclusión social. Vivimos una alteración del marco conceptual e intelectual que sostiene nuestra comprensión de las realidades. La economía no es una mera yuxtaposición de mercados sino un complejo sistema de relaciones e interacciones. Y sabemos históricamente que no hay relaciones económicas de intercambio sin organizaciones públicas y privadas que intervienen entre posiciones. No hay actividad económica sin ética ni sentido de responsabilidad social, sin regulaciones públicas, sin cultura del bien común y del interés general que prevalezca y exista entre las pasiones y posiciones de los operadores que intervienen.
-En el libro se habla del miedo y de la alegría, de la necesidad de que ésta vuelva. Hay mucho miedo a afrontar las dudas, hay miedo intrínseco a hacer las cosas bien y a plantarle cara a los problemas diarios y así la bola va creciendo. ¿Una forma de afrontar el miedo es el diálogo?
– El diálogo es esencial para también la convivencia como valor fundamental, los contactos, los vínculos, los intercambios, las relaciones de poder, dominio, creación y comunicación. En tiempos de precariedad e inseguridad laboral la reclamación de derechos parece un privilegio ¿Podemos hacer compatible la seguridad en el empleo y la flexibilidad? Muchas veces se invoca la flexibilidad como coartada para desmantelar los logros que el derecho de la educación permanente, del trabajo y de la protección social han conquistado en el último siglo.
La historia del trabajo y la convivencia en la ciudad corren paralelas y refleja la historia del ser humano para construir comunidades económicamente prósperas y socialmente justas. También se puede concebir como una historia de esperanzas y de cooperación, no solo de hechos agresivos y conflictos violentos sino de anhelos para construir formas igualitarias de satisfacer las necesidades laborales y sociedades más democráticas, generadoras de vínculos y lazos sociales que nos unen a la Tierra, nos reconcilian con los demás y con nosotros mismos
¿Seremos capaces de encontrar los medios de vivir juntos democráticamente y con una vida digna, sin dañarnos? ¿No seriamos más felices si pudiéramos convivir, trabajar y procurarnos atenciones y cuidado los unos a los otros mejorando el civismo y cohesión social de nuestros barrios y ciudades?
-Sin dar muchas vueltas, pero si nos despojamos del miedo y vemos las cosas sin tantos velos, tiramos las suspicacias, rompemos los moldes que nos intentan poner por delante, dejamos los prejuicios y aplicamos aquello de: “tratar a los demás y a los problemas cómo nos gustarían que nos tratasen a nosotros….”. ¿Volvería esa “alegría “ que parece que le falta a todo o casi todo?
– Hay una alegría superficial que banaliza todo y una alegría regeneradora que tiene una profunda dimensión ética y utópica que hay que verificar en la práctica mediante otro modo de gestionar y regular el conflicto social. Esta alegría cooperativa es un innovadora porque es holística y sirve una estrategia original consistente en una alianza entre resistencia creativa, visión transformadora y experimentación anticipatoria. Hunde sus raíces en la fecunda tradición del desarrollo comunitario y la educación transformadora que tantas experiencias de promoción sociocultural y autogestión han alumbrado. Es una alegría generatriz de nueva cultura de territorio que diferencia a un espacio de los demás capaz de involucrar y movilizar a todas las partes interesadas en su desarrollo, en un proceso de cambio caracterizado por la integración de múltiples iniciativas y la corresponsabilidad de todos los afectados incrementando la sustantividad democrática y la participación activa.
-Con alegría todo sale mejor, hasta lo que no sale muy bien porque vemos que podrá salir en algún momento…con alegría no vemos una derrota, vemos un tránsito por el que pasar para superarnos….y para hacer un planeta mejor…¿Qué nos puedes decir?
-Los tiempos de crisis también son tiempos para repensar los fundamentos de la convivencia que experimentan nuestras sociedades. Encontraremos caminos para la regeneración ecológica y social de la economía volviendo a situar la ética, las personas, la sostenibilidad y los derechos humanos en el centro de las políticas de empleo-formación favorecedoras de la convivencia y el civismo en las ciudades.
La ciudad moderna en crisis estructural y con paro masivo también implosiona. Se ve desbordada por complejos problemas multidimensionales. Y cambia el tipo de ciudadano que la habita. Para subsistir, la megalópolis necesita aplicar la lógica perversa de la exclusión y la invisibilidad. Hay que construir ciudades integradas y cohesionadas en las que cada persona y cada grupo puedan encontrar su propio espacio y participar en convivencia. Entre lo individual y lo estructural se encuentra la dimensión relacional y la presencia de rostros que es la base de toda convivencia. En la convivencia y el reconocimiento mutuo y recíproco podemos descubrir la verdadera y renovada humanidad común.
Así como la pobreza era el fenómeno social de referencia en la sociedad preindustrial del siglo XIX, y la explotación en la industrial del XX, en la postindustrial del siglo XXI se forja la dinámica de la exclusión, que recae en especial sobre el colectivo desfavorecido, el más vulnerable inmigrante, la población a la deriva. Entendemos la integración como el ejercicio pleno y efectivo de los derechos de las personas. Se trata de construir un marco de convivencia en el que todos, migrantes y autóctonos vea reconocidos sus derechos y pueda ejercer con normalidad
– ¿Hay alguna fórmula o receta para aplicar?
Yo conozco una que es infalible se llama el FACTOR A : Autogestión- Amor-Amistad: Esa tríada es imbatible: abre un horizonte cualitativamente diferente donde la innovación y la economía solidaria estén al servicio de la humanización de la vida y la sociedad, no al revés.
Nosotros creemos que trabajadores sociales y equipos de promoción y desarrollo comunitario junto a comerciantes, sindicatos, los empresarios, y otros actores de la sociedad civil como los vecinos y vecinas tienen unos roles complementarios en el territorio para construir modelos de convivencia y economía local basados en la ética, la calidad y equidad. Sabemos que los modelos consensuados como los Pactos Territoriales por el Empleo, la cohesión social y la convivencia generan otras metas y enfoques. Sus métodos no son una mera yuxtaposición de medidas coyunturales ya que afecta a la calidad de vida, la pobreza y la exclusión social. Deberíamos plantearnos, si se sitúan en una perspectiva adaptativa y subordinada a las fuerzas del mercado, o si, por el contrario, proponen la construcción de otras alternativas de desarrollo local sostenible solidario y a escala humana. El enfoque que prioriza sólo las partes aisladas sin tener en cuenta los contextos y los impactos reales con respecto a la dignidad, a la calidad de vida y a los derechos sociales, es una “miopía” tecnocrática que contribuye a legitimar y reproducir las nuevas/viejas desigualdades que se evidencian en el mundo del trabajo configurado en la Sociedad de la Información.
-¿Ser más humilde en el día a día, sin estridencias…ser más amable…desarrollar y trabajar más el amor que todos tenemos dentro es tarea indispensable para salir de una crisis como en la que estamos sumergidos y, además, dejar un futuro mejor para los que vienen detrás?
– La cultura de la inevitabilidad de la exclusión social impide trabajar a favor de la justicia y de la dedicación a los más desfavorecidos. Pero no hay peor engaño que el de quien se engaña a sí mismo. Nada cambiará si no aprendemos a crear vínculos, a hacer un cambio mental. La transformación personal es condición de cualquier cambio social. Necesitamos elaborar un arte de vivir que sepa unir en fecunda interacción las motivaciones personales y colectivas. Sin ética solidaria ni esperanza, no hay desarrollo comunitario ni trabajo social posible. Y para que esta vida valga la pena y sea convivencial hay que compartir problemas y soluciones con los demás. Este aprendizaje cotidiano del valor del diálogo ayuda a arraigar en la cultura democrática fundamento de la participación y la capacidad deautooganización de las comunidades. Es una manera de expresar los desacuerdos y puntos de vista diferentes para que sean fecundos. Muchas veces los conflictos en diálogo pueden ser alternativos a una violencia que nace a menudo en el silencio, la frustración o el aislamiento del miedo.
Ante el miedo, la angustia, el individualismo y el egoísmo, hay que impulsar culturas cooperativas orientadas a la emulación, a compartir la alteridad, la fraternidad y la alegría. Sólo podemos hacer posible la esperanza si confiamos en las capacidades y potencialidades de la gente organizada como una manera mejor de avanzar juntos en la fraternidad.
–Reclaman «reconsiderar la riqueza y el empleo»…
-Sí. El libro surgió de un encuentro muy fecundo con Patrick Viveret, magistrado y consejero del Tribunal de Cuentas de Francia y especialista en evaluación de políticas públicas. Viveret elaboró un informe, Nuevos factores y criterios de riqueza, a solicitud del secretario de Estado de Economía Solidaria, que provocó un gran debate en toda Europa, vinculado al Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, donde ya se plantea que la medida de bienestar de una sociedad no es solamente el «sacrosanto e idolatrado» PIB, sino también la salud, la educación, la esperanza de vida, la calidad de las relaciones, etc. Trasladamos el informe de Viveret a España para sensibilizar sobre la necesidad de plantear nuevos indicadores para medir la riqueza. Porque vivimos en sociedades sobredesarrolladas en lo material pero muy mal desarrolladas en lo ético, lo humano y lo ecológico.
–¿Cuáles son los efectos?
-Son patentes, como el sobrecalentamiento del Planeta y el agujero de la capa de ozono, el agotamiento de los recursos fósiles, de energía, etc. o el clima de violencia, guerra y ocupación de territorios…, que dejan clara la insostenibilidad de un modelo económico basado en el despilfarro de los recursos y de un empobrecimiento creciente. El 80% de la población mundial vive en el umbral de la pobreza. Hay un tercer factor, la dimensión ética: la garantía de felicidad no viene de poseer y tenerlo todo. Más del 3% del PIB en Francia y en casi toda Europa se va en tranquilizantes y antiestresantes para tratar la deteriorada salud mental y los niveles de depresión.
–Afirman que «son los termómetros» -los indicadores económicos- «los que nos enferman».
-Es que de manera paradójica y absurda en el PIB se contabiliza como riqueza la destrucción: los accidentes de tráfico y sus efectos en cuanto a recuperación, hospitales, etc. o la catástrofe del Prestige como ingresos para las empresas encargadas de la reparación… En cambio, no se contabiliza el voluntariado, ni la atención a los hijos, ni el cuidado de los mayores… Justo lo que no tiene precio se desprecia. Por eso, se trata de promover una nueva filosofía que ponga como centralidad la alegría de vivir y el construir soluciones de forma cooperativa. La economía solidaria es un ejemplo: quiere introducir en el corazón de la economía la primacía de lo humano y lo social.
–¿La sociedad está hoy secuestrada por la economía?
– Claro. Nunca antes en la Historia ha habido tanto crecimiento y tanta acumulación de riqueza. Pero algo pasa cuando los indicadores macroeconómicos dicen que todo va viento en popa y hay una población crecientemente insatisfecha y empobrecida. La felicidad se nos escapa entre las manos porque no tenemos tiempo para vivir ni para convivir, sólo para producir y consumir. Y el 80% de la Humanidad sufre hambre o muere de sida. Desde un punto de vista ético, democrático y de derechos humanos, hay que poner límites al crecimiento económico e incorporar nuevos indicadores y criterios.
–¿Por ejemplo?
–El Principito dice: en la vida no hay soluciones, sino fuerzas en marcha. Es cuestión de poner esas fuerzas en relación, ser protagonistas y tomar decisiones basadas en la cooperación, en el trabajo en red y en la profundización democrática. Y hace falta un cambio personal y social de mentalidad y de valores