Iniciamos la publicación de artículos de Joaquín Sánchez, consiliario diocesano de la HOAC de Murcia, que tendrán un lugar muy especial en esta web
Por JOAQUÍN SÁNCHEZ / Hasta donde nos llega nuestra memoria, recordamos al ser humano inmerso en un contexto de violencia/paz, de odio/amor. Siempre en una encrucijada de optar por la violencia o por la paz. Los seres humanos tenemos experiencias de la una y de la otra. Hemos experimentado lo cruel y la amargura que supone el odio y la violencia, y, hemos experimentado, por otra parte, el bienestar y el vivir tranquilos desde la felicidad, que supone la paz. Son dos experiencias distintas, contradictorias, antagónicas. Si hiciéramos una encuesta sobre qué opción elegimos, sin duda alguna, saldría por mayoría abrumadora la paz y el amor. Diríamos “la paz, por supuesto”.
Lo que resulta incomprensible y difícil de entender es porqué seguimos eligiendo el camino de la violencia ¿todavía nos hemos aprendido de nuestra propia historia y experiencia? Posiblemente sea porque elegir este camino sea más fácil y es una respuesta que satisface a nuestros egoísmos, ambiciones, codicias y afán de poder.
Voy a reflejar algunas manifestaciones que reflejan o provocan la violencia:
1. El terrorismo, sea del signo que sea, que se siente con el poder de utilizar el asesinato como una estrategia para conseguir sus fines. No se defiende el derecho a la vida.
2. Las grandes multinacionales que con su ansia de acumular capital, ahogan a miles de personas en sus estrechas economías, poniendo en peligro sus puestos de trabajo. Tenemos el caso de las grandes petroleras, que a costa de cuatriplicar sus beneficios con las sucesivas subidas, está poniendo contra las cuerdas a muchas personas. No se defiende la dignidad de la vida.
3. La siniestralidad laboral: condiciones de trabajo en precario que son el causante de miles de muertes y heridos. No se defiende el derecho a la vida.
4. La conducción como un modo de sentirse superiores y una manera de avasallar a los demás, cometiendo imprudencias. No se respeta la vida.
5. La deuda externa de los países empobrecidos que son el causante de la miseria y el empobrecimiento de millones de personas. No se defiende la dignidad de la vida.
6. El sistema neoliberal, que fomenta la competitividad y la rivalidad entre las personas, las regiones, los países y los continentes. No se dignifica la vida. Nos han enseñado, que si no pisoteamos, nos pisotean. No se defiende el respeto a la vida. Un sistema que propugna que el poder económico esté por encima de la vida misma. No se defiende la vida.
7. El sistema financiero que está recibiendo miles de millones para tapar los fraudes cometidos y en cambio desahucia familia echándolas de su hogar y no ayudando a los autónomos y pequeños empresarios.
8. Muchos dirigentes políticos que son cómplices de este sistema económico que empobrece a la inmensa mayoría y enriqeuce cada más a los más ricos.
9. Algunos dirigentes sindicales que en vez de defender al movimeinto obrero, defienden su puesto de trabajo con la condición de no movilizar.
10. Nuestro indiferencia y nuestra apatía y el decir que no podemos hacer nada es otra forma de violencia. Es una violencia por omisión.
La violencia tiene muchas expresiones y bastantes más justificaciones para legitimar el poder y nuestra ambición. Son muchas páginas de nuestra historia bañada de destrucción. Construir la paz es una tarea difícil, tal vez porque comienza por uno mismo.