Juan García Caselles
Tienen razón, la justicia es ciega. O mejor dicho, tiene los ojos tapados para no ver las barbaridades que comete. Viendo a Camps inocente y a Garzón culpable, solo cabe una pregunta: ¿Quién le tapa los ojos a la justicia? Y solo cabe una respuesta: El poder y el dinero, que al final, son la misma cosa.
Sabido de antiguo es lo de derechas que es nuestra casta judicial.Los jueces que en Sevilla (caso Marta del Castillo) o en Málaga (caso Malaya) aplicaron la misma conclusión legal que Garzón siguen siendo inocentes, pero Garzón no.
Con frecuencia vemos manifestaciones de víctimas y sus amigos y parientes que piden justicia, cuando en realidad piden venganza. Y eso es lo que le han aplicado a Garzón, la venganza. No solo por ser un vanidoso, un juez estrella, sino, sobre todo, por meterse a averiguar las vergüenzas políticas de la derecha y de una casta judicial que colaboró sin recato en la represión franquista.
Análisis: ¿Una sentencia prevaricadora?