Eulalia Gómez

 La solidaridad hecha vida

Eulalia, junto a su marido Pedro López, el 15 de agosto de 1985.

Cuando miramos a Eulalia Gómez Martínez en su actuar a lo largo de la vida encontramos unas constantes básicas; persona de corazón desmesurado que, en todo momento es capaz de acoger, escuchar y acompañar a los otros; y estos, los otros, siempre han sido los mismos, los de siempre, los pobres, los sin voz, los excluidos del sistema.

En un pequeño pueblo de nuestra huerta de Murcia, Los Garres, nace en 1933, Eulalia, una mujer humilde y sencilla. Son años difíciles. Como la mayoría de las mujeres de su época, apenas fue a la escuela; pero su necesidad de “ser” la llevo desde muy joven a la Acción Católica. En ella se encontró con Pedro López, su marido, otro gran hombre del pueblo, luchador y comprometido siempre con los más débiles.

En el caminar de Eulalia, hay que decir que el ser una persona cristiana comprometida con la sociedad, junto con el testimonio de vida de las personas con las que se relaciona le llevó a descubrir e implicarse en la HOAC, como movimiento de Acción Católica que busca ser Iglesia en el Mundo Obrero.

Fue Jesús de Nazaret quien empujó su proyecto de vida, y juntos optaron por tener una opción de vida impregnada de compromisos y luchas por conseguir una sociedad más justa. Entendieron como esencial que el sentido de sus vidas era “ser para los demás“; y descubrieron que Jesús y su grupo eran obreros.

Entre los años 1961 y 1966 nacieron sus cuatro hijos. Su familia, su casa se convirtió en un espacio de compartir. Uno de sus hijos decía que “apenas sin darnos cuenta, vimos como la familia iba creciendo, por un lado Mari y Santiago se vinieron a vivir con nosotros, por otro Pepe (mutilado de guerra) era como otro abuelo al que visitábamos algunos fines de semana en el campo; la gente de la residenciade la Escuela, de Alcantarilla…”. Personas, militantes y proyectos comprometidos, forman parte de esta familia.

Cuando el más pequeño cumplió los cuatro años, Eulalia comenzó a trabajar con Pedro en la droguería familiar. Como pequeños comerciantes, fueron partícipes de la primera cooperativa de drogueros, como medio de subsistir ante los comercios de las grandes superficies. Desde su droguería servían de apoyo a la gente.

En la primavera de 1970 conocen el proyecto educativo Escuela Equipo, el cual parte de un grupo de maestros, padres y colaboradores con el deseo de contribuir desde el campo de la educación y de la cultura a la promoción integral y colectiva de los hijos de trabajadores y de las clases más desfavorecidas; una escuela participativa y autogestionaria. Deciden llevar a sus hijos a esta escuela, integrándose ellos de forma activa en el grupo que coordinaba dicho proyecto. Su implicación en la Escuela ha sido una constante a lo largo de su vida.

Eulalia siempre ha tenido y sigue teniendo un afán muy grande de promoción y crecimiento personal, por esta razón varias veces en su vida se acercó al Centro de Adultos Escuela Equipo, pero las circunstancias familiares, su trabajo en la droguería, sus compromisos … le llevaban a tener que abandonar. Pero como ella no cesaba en su empeño, siguió y siguió matriculándose hasta que consiguió el Graduado Escolar y algunos años después el Graduado en Educación Secundaria.

Se implicó, enormemente en la puesta en marcha del Centro de Adultos en las Casas Baratas: reuniones, asambleas, mantenimiento de los locales, haciendo oír su voz en la administración, cada vez que era preciso.

Desde su experiencia de matrimonio y su compartir con los compañeros de la HOAC han sido conscientes de las muchas realidades de pobreza en la región. Han estado implicados muy de cerca en la realidad de exclusión social de barrios de Murcia.

Participaron en 1982 en la creación de la Asociación “Taller de la ciudad”, que tenía como fin la lucha estructural contra la pobreza, y la promoción de los menores, jóvenes y adultos en situación de exclusión social. Han ido participando en las actividades para la promoción de menores y adultos que se han ido desarrollando en el barrio de San José Obrero.

También estuvieron presentes en los inicios del Centro de Acogida y Atención al Menor de El Palmar, (una iniciativa de Cáritas para el apoyo y la promoción de menores en situación de exclusión situado en la pedanía de Murcia, del mismo nombre).

Igualmente ella ha colaborado durante varios años en los campamentos de la Casa Taller El Campico de Alcantarilla. Los pequeños recuerdan cuando hacía de cocinera: “vamos, vamos, que está más rica la comida que nos hace Eulalia”.

A la derecha de Eulalia, sus hijas Elvira y Rosa.

Como persona de gran esperanza… persona de utopías… y soñadora de mundos diferentes, ha estado presente en muchas de las organizaciones sociales que han denunciado la Europa del Capital, La Europa de los fuertes y poderosos; también participando activamente en la campaña del 0,7 y en la Plataforma de Apoyo a los Inmigrantes.

Y en una nueva etapa de su vida, con los hijos formando familias, como militante y como abuela sigue afrontando una vida de solidaridad. Una vivencia dura fue la muerte de Pedro.Hemos vivido con ella la ausencia de esa parte que se fueque va al corazón y transcurrido el tiempo se vuelve serenidad. También otra vivencia dura lo es su delicada salud.

Eulalia sigue adelante; su compromiso social le lleva a entregarse a la Delegación Diocesana de Pastoral Obrera, empujando para que la construcción del Reino de Dios en el mundo obrero llegue algún día.

Se ha curtido en la  lucha por ser persona; Persona – mujer que buscaba y sigue buscando “su espacio” en su casa, en organizaciones y en la Iglesia. En la Iglesia de Jesús de Nazaret, en la que cree y en su palabra.

Y todavía ahora, aunque sus fuerzas sean menores, mantiene una vida de contacto e implicación con la gente cercana y sencilla de su pueblo, participando hasta donde puede en algunos ambientes más próximos: Asociación de Vecinos, Cáritas Parroquial, Pastoral de la salud, Centro de mayores, y Escuela de adultos del pueblo.

En diciembre de 2010 recibe el premio Solidario Anónimo, convocado por la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Murcia y la Plataforma del Voluntariado de la Región de Murcia, como reconocimiento a una vida dedicada a los demás.

Su compromiso ha sido y sigue siendo una expresión solidaria que sale del corazón, con espontaneidad, una solidaridad elegida libremente, cercana, alegre, siempre intentando hacer la vida más fácil a cuantos la rodean, pero a la vez con la capacidad de transformar el pensamiento y las estructuras sociales.

Escrito por su equipo

 

Junto a Joaquín, tras recibir el galardón de «Solidario Anónimo» el 15 de diciembre de 2010.